Muchas son las referencias que oímos sobre la Guerra de la Independencia, pero ¿cómo se desarrolló realmente el conflicto que marcó un antes y un después en la historia de nuestro país? ¿Cuáles fueron los acontecimientos y personajes claves?
La Guerra de la Independencia, cuyo 215º aniversario se celebró el pasado 23 de mayo, es considerada uno de los conflictos esenciales de la Historia Española debido a que marcó la transición del Antiguo al Nuevo Régimen. Pudiendo ser entendida desde una triple perspectiva (como guerra internacional de Napoléon contra Europa; como una guerra civil en la que se enfrentan afrancesados y patriotas; o como un hecho que trae consigo cambios políticos, sociales y económicos), la Guerra de la Independencia se desarrolló entre 1808 a 1814, enmarcándose dentro del comienzo de la Revolución Liberal que pondría fin al Antiguo Régimen en nuestro país.
El conflicto viene precedido de una serie de antecedentes relacionados a su vez con la crisis de la monarquía borbónica.
Así pues, tras Tras la muerte Carlos III en 1788, accede al trono su hijo Carlos IV (1788-1808. Durante los primeros momentos de su reinado prosigue con la política de amistad con Francia, siguiendo los conocidos como “pactos de familia” gracias a la habilidad de su primer ministro Floridablanca.
En mayo de 1789 se convocan las Cortes españolas y se aprueba la "Pragmática Sanción", pero por razones de política exterior Carlos IV prefiere no hacerla pública.
En el verano de ese mismo año se inicia la revolución francesa que hace girar la situación histórica y política del mundo y por consiguiente las relaciones políticas entre Francia y España.
Tras su comienzo Floridablanca inicia una campaña de represión y censura estableciendo una especie de “cordón sanitario" por temor a que la revolución iniciada en Francia alcanzara nuestro país. Su sucesor, Aranda modera la posición, y es a su vez sustituido por Godoy que inicia una política exterior destinada a salvar a Luis XVI pero al ser guillotinado este, España entra en guerra contra Francia en la conocida como Guerra de Convención (1793-1795) que acaba con la firma de la Paz de Basilea de 1795, tras la derrota española.
Se vuelve entonces a los pactos de familia con la adopción del Tratado de San Idelfonso de 1796, por el que España y Francia se unen frente a Reino Unido.
Esto va a suponer el corte del comercio con América. Mientras tanto, Napoleón en su intento de sobreponerse a Inglaterra decidió aplicar el “bloqueo continental” (1806), con el que buscaba que nadie pudiera comerciar con el país para provocar así la ruina de su industria.
Existe entonces un ambiente de malestar y crítica general que a a propiciar e inicio de la CRISIS DE 1808. Esta crisis comienza en 1807 con el conocido como Proceso del Escoriaen que es un intento de golpe de una “camarilla” que apoyó al príncipe Fernando en contra de Godoy y la reina María Luisa pero que acabaría fracasando.
Posteriormente, el 27 de octubre de 1807 se firmaría el tratado de Fontainebleau, por el que el que Francia y España acordaban el reparto de Portugal y, España autorizando la entrada de tropas francesas para invadir Portugal (aliada de Gran Bretaña). Los franceses aprovechan la ocasión para invadir también España, y Godoy intenta reaccionar ante la ocupación francesa.
En este momento tres acontecimientos van a propiciar la crisis de la monarquía española:.
• Tras la entrada de los franceses, Godoy aconseja que la corte se traslade a Andalucía, lo que provoca que el pueblo se amotine en Aranjuez en marzo de 1808. Este hecho se como el Motín de Aranjuez y acabaría con la destitución de Godoy y con la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
• Tras la ocupación de Madrid por el general Murat, Napoleón aprovecha el conflicto entre padre e hijo y se los lleva a ambos a Bayona, donde les obliga a abdicar en favor de su hermano José I Bonaparte en las Abdicaciones de Bayona (mayo de 1808).
• Es entonces cuando se produce el motín popular del 2 de mayo de 1808 (apoyado por Daoiz y Velarde) y se inicia la Guerra de la Independencia (1808-1814).
El detonante final que supuso el inicio de la guerra fue la salida de Madrid del infante Francisco de Paula de Madrid y los gravísimos acontecimientos del 2 de mayo de 1808 (sublevación de Madrid) y 3 de mayo (fusilamientos en masa de patriotas españoles madrileños).
El cuadro de Goya perteneciente al Romanticismo y denominado Los fusilamientos del 3 de mayo, plasma a la perfección lo ocurrido en aquellos días.
Ante la la falta de reacción de las instituciones españolas tuvo que ser el alcalde de una Móstoles, Andrés Torrejón, el que, en plena crisis de la monarquía borbónica, declarara la guerra a los franceses, el 2 de mayo de 1808, dando inicio a la guerra de Independencia.
La Guerra de la Independencia (1808-1814) tiene su origen en el Tratado de Fontainebleau y se inicia con el levantamiento del 2 de mayo.
junto a milicianos guerrilleros, y cuenta con el apoyo de Portugal y Gran Bretaña (las tropas inglesas del Duque de Wellington serán un factor clave).
1808 a fines 1808); Segunda etapa: Hegemonía francesa y aparición de las guerrillas (fines 1808 a mediados de 1811); 1813 Tercera y última fase ( Fines 1811 a fines 1813), en la que los españoles se alzan con la victoria en batallas como Arapiles, San Marcial y Vitoria.
Se firmaría entonces el Tratado de Valançay, por el que Fernando VII volvía a ser rey de España.
Cabe destacar también que durante la Guerra de la Independencia se va a desarrollar un modelo de gobierno afrancesado, y el modelo de gobierno patriótico. Este último estaba protagonizado por las Juntas Patrióticas soberanas, que ante el vacío de poder y la ausencia del monarca legítimo, se constituyen como poder alternativo, son los administradores del poder sobre los escasos territorios que controlan y mantienen una alianza con los capitanes generales, que asumen sus obligaciones contra los ejércitos franceses y que alcanzaría su máxima expresión con las Cortes de Cádiz.)
Con las Cortes de Cádiz y el inicio de su funcionamiento el 24 de septiembre de 1810, se inicia LA HISTORIA DEL LIBERALISMO ESPAÑOL A LO LARGO DEL SIGLO XIX.
Se caracteriza por defender los principios FUNDAMENTALES DEL LIBERALISMO: la soberanía nacional, división de poderes, derecho de representación popular y derecho de propiedad.
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